SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES
Terminamos el año Paulino (29 de junio de 2009) que nos ha dado ocasión de admirar la figura del Apóstol San Pablo en su misión especialísima en los inicios de la Iglesia. Su mensaje sigue presente y es orgullo santo de todos los tiempos.
Voy a centrarme más bien en la figura de Pedro que nos trae el mensaje acariciador de la infalibilidad de la Iglesia. En momentos en que se quiere enseñorear del mundo un relativismo atroz, se impone recordar que somos seguidores de quien vino a dar testimonio de la Verdad
. En la Iglesia se mantiene la seguridad absoluta de este testimonio gracias a la herencia recibida de Cristo.
Leamos unos pensamientos de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia en su libro Frutos de oración
:
57. Sólo en la Iglesia, donde está Cristo manifestándose por el Papa, se da la Verdad en toda su verdad al hombre que la busca en la voz del Supremo Pastor. (7-1-1970)
794. ¡Oh maravilla de la infalibilidad del Papa, que es capaz de congregar a todos los hombres en un solo pensamiento, y expresarles con seguridad la voluntad infinita de Dios a través de su palabra de hombre! (25-10-1974)
795. La Iglesia nunca se equívoca, cuando habla como Iglesia, porque es el Verbo el que canta por ella. El Verbo pregona la verdad infinita del Padre, a través de la Iglesia mía, durante todos los tiempos. (20-3-1959)
796. La Iglesia revienta de tanto poseer la Verdad, de tanto saber la Palabra divina; rompe cantando, y se le derrama la Verdad que sale del seno del Padre. Iglesia mía, ¡qué hermosa eres! (22-3-1959)
La Iglesia, fiel a los planes de Dios, tiene la misión de darnos certezas. Las verdades reveladas no son verdad sólo para los creyentes; son verdades para todos, aunque al no poseer la fe muchos no lo vean así. Nosotros las vivimos con la seguridad de estar en el camino cierto.
Gracias a los planes de Dios de quedarse en su Iglesia, ella seguirá siendo luz en las tinieblas; seguirá dando testimonio de la Verdad, aunque el mundo nos quiere meter por caminos de relativismo e inseguridad.
¡Gracias Señor, por darnos al Papa, Pedro en la tierra, que nos afianza en la fe y nos garantiza estar en el camino seguro!