LA SAGRADA ESCRITURA
San Jerónimo subrayaba la alegría y la importancia de familiarizarse con los textos bíblicos:
«¿No te parece que estás -ya aquí, en la tierra- en el reino de los cielos, cuando se vive entre estos textos, cuando se medita en ellos, cuando no se busca otra cosa?»
(Ep. 53, 10).
En realidad, dialogar con Dios, con su Palabra, es en un cierto sentido presencia del Cielo, es decir, presencia de Dios. Acercarse a los textos bíblicos, sobre todo al Nuevo Testamento, es esencial para el creyente, pues «ignorar la Escritura es ignorar a Cristo»
. Es suya esta famosa frase, citada por el Concilio Vaticano II en la constitución «Dei Verbum» (n. 25).
Benedicto XVI presenta las enseñanzas de San Jerónimo
Lecturas de la Santa Misa del día y de cualquier fecha
Elegir un día en el calendario para ver sus Lecturas. Los Domingos y Festivos contienen un breve comentario.
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua».
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
Así, pues, celebremos la Pascua en el Señor. R
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
En las normas generales sobre el año litúrgico se dice: Los cincuenta días que van desde el domingo de Resurrección hasta el domingo de Pentecostés han de ser celebrados con alegría y exultación como si se tratase de un solo y único día festivo, más aún, como un gran domingo
.
Las primeras semanas nos irán presentando las apariciones de Jesús con los matices distintos que nos hacen revivir aquellos momentos de la vida de la Iglesia naciente.
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos acompañará todo este tiempo para conocer la Iglesia en sus primeros años.
El cristiano sabe que tiene que seguir a Cristo y que Él nos invita ciertamente a llevar la cruz y seguir sus pasos, pero el cristiano también es consciente de que Cristo ha triunfado y nos invita a participar en su triunfo.
La alegría y exultación
de la que hablábamos al principio es fruto de esta participación en su triunfo y sobre todo de su triunfo. El gozo del amor puro que se goza en el bien del Amado, independientemente de la participación nuestra.
Los planes de Dios se realizan con nuestra colaboración, pero también sin nuestra colaboración.
Desde que Dios se hizo Hombre, nuestro Hombre pone su sí
y en Él se realizan los planes de Dios, al borrar con la fuerza de su sí
, el no
de toda la humanidad: El hombre me ha dicho
(Cita de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia)no
; me haré un Hombre que me diga sí
en nombre suyo y de toda la humanidad.